A pesar que cada vegada disposem de més fonts de dades al nostre abast, que es preveja que el seu impacte econòmic abast xifres rècord en els pròxims anys i que les dades són més assequibles que mai, les possibilitats de reutilitzar-los encara són bastant limitades. L'explicació a este fenomen radica que els potencials usuaris d'eixes dades han de fer front moltes vegades a múltiples barreres que dificulten el seu accés i el seu ús.
Y es que las facetas en las que pueden existir problemas de calidad que dificulten la reutilización de los datos son múltiples: metadatos escasamente descriptivos y estandarizados, elección de licencia, la elección del formato, el uso inadecuado de los formatos o deficiencias en los propios datos. Por ello, son muchas las iniciativas que intentan medir la calidad de los conjuntos de datos en base a sus metadatos: fecha y frecuencia de actualización, licencia, formatos empleados,… como ocurre, por ejemplo, en el quadre de comandament de qualitat de les metadades presente en el Portal Europeo de datos o en la dimensión calidad del Open Data Maturity Index
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Pero estos análisis resultan insuficientes dado que la mayoría de las veces las deficiencias de calidad solo pueden ser identificadas después de comenzar el proceso de reutilización. El trabajo que precian los procesos de depuración y preparación se convierten así en una carga importante que en muchos casos es inasumible para el usuario de datos abiertos. Este hecho produce frustración y perdida de interés por parte del sector reutilizador en los datos ofrecidos por los organismos públicos, afectando a la credibilidad de las instituciones publicadoras y rebajando considerablemente las expectativas de retorno y generación de valor a partir de la reutilización de datos abiertos.
Estos problemas potenciales pueden ser atajados dado que, en buena medida, se ha observado que son debidos a que el publicador desconoce cómo expresar los datos de forma correcta en el formato elegido.