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La Web surgió hace ya más de 30 años como una red abierta a todo el mundo , participativa e inclusiva que fomentaba el acceso al conocimiento y su reutilización a través de un espíritu de colaboración y constante experimentación. Ese es precisamente el mismo concepto y filosofía que la comunidad de los datos abiertos gubernamentales adoptó unos años después desde su nacimiento .
Hoy en día podemos observar como cobra cada vez mayor relevancia una nueva aplicación de esa misma filosofía impulsada nuevamente desde las administraciones pública a través de los bienes públicos digitales. En esta ocasión los principios originales de desarrollo colaborativo, acceso libre y reutilización de los datos abiertos gubernamentales se expanden a otros activos digitales bajo los mismos criterios como evolución lógica.
¿Qué son los bienes digitales públicos?
El concepto de bienes públicos digitales nace inspirado en ese mismo objetivo inicial de la Web y en la filosofía de otros movimientos varios como el código abierto , los datos abiertos y el conocimiento abierto , extendiéndola a cualquier bien digital de potencial interés público, es decir, aquellos que por su potencial para contribuir al desarrollo digital sostenible deberían ser de libre acceso y uso y que pueden materializarse en distintos formatos, como los programas informáticos, los conjuntos de datos, los modelos y algoritmos de inteligencia artificial, las normas y estándares o toda una variedad de contenidos digitales. Entre sus ventajas se encuentra que son escalables y adaptables, transparentes e interoperables, minimizan la redundancia y la fragmentación, posibilitan el ahorro de costes, facilitan la colaboración y fomentan la innovación.
En definitiva, se trata de construir un patrimonio digital común para toda la humanidad que podamos disfrutar y gestionar de forma coordinada y conjunta por el bien de la sociedad – de igual manera que hacemos ya en la actualidad con otros elementos de nuestro patrimonio analógico como por ejemplo los océanos, la Antártida o el espacio exterior.
Las Naciones Unidas consideran a los bienes públicos digitales en su hoja de ruta para la cooperación digital un elemento esencial a la hora de alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible y, según el World Economic Forum, serán tambié piezas clave a la hora de afrontar los grandes retos del mundo . Pero para ello será necesario que exista un esfuerzo global coordinado a la hora de habilitar, facilitar y fomentar la creación de dichos bienes. En este aspecto empiezan a ser visibles durante los últimos años algunas acciones prominentes encaminadas en esa dirección, como puede ser la Alianza por los Bienes Públicos Digitales , la carta de los Bienes Públicos Digitales , el ecosistema del AI Commons o, ya en el ámbito específico de los datos, el Marco Global para el Acceso a los Datos (GDAF) cuyo objetivo es transformar la capacidad de descubrimiento de los datos mediante la definición de una plataforma global para su compartición junto a varios protocolos estándar para el intercambio de los mismos.
Iniciativas en torno a los bienes digitales públicos
Un claro ejemplo de los trabajos que se están llevando a cabo es el del estándar para los bienes públicos digitales (DPG Standard). Mediante este estándar se definen las nueve cualidades que un activo digital debe cumplir para poder considerarse un bien digital público:
- Relevante para el cumplimento de los objetivos de desarrollo sostenible.
- Uso de licencias apropiadas para el libre acceso.
- Independencia de plataforma.
- Definición clara de la propiedad.
- Documentación completa y apropiada.
- Mecanismos que den soporte a la extracción de datos.
- Cumplimiento de las normas de privacidad y de la legislación aplicable.
- Adopción de los estándares y buenas prácticas de referencia.
- Diseño no dañino que tenga en cuenta la privacidad, seguridad, legalidad de los contenidos y protección frente a los abusos.
Además, existe un repositorio de bienes digitales públicos que se alimenta de las contribuciones de todos los interesados y que está organizado según el objetivo de desarrollo al que pueden contribuir. También podremos encontrar informes temáticos en los que se destacan algunos de esos bienes digitales públicos por su potencial para dar respuesta a necesidades críticas en sectores específicos como la inclusión financiera , la sanidad o el cambio climático .
Según las Naciones Unidas todas estas nuevas iniciativas colaborativas cumplirán también un papel fundamental a la hora de continuar con el desarrollo y evolución de estándares y normas comunes necesarios. Así mismo, esto contribuirá a orientar tanto al sector público como al privado sobre las mejores formas de facilitar el acceso a sus datos y hará posible que un mayor número de datos pasen a constituirse como bienes públicos digitales, respetando al mismo tiempo la privacidad y la confidencialidad de los datos y consiguiendo también mejorar la confianza en la tecnología de forma significativa. Por otra parte, los bienes digitales públicos son también componentes valiosos para la creación de la infraestructura digital de los países de forma fiable, segura e inclusiva como por ejemplo, los sistemas de pago o de identificación y por tanto facilitadores de la soberanía digital.
Para finalizar, un ejemplo interesante de cómo todos estos conceptos se han estado también aplicando durante los últimos años por parte de la Comisión Europea lo tenemos en Joinup : la plataforma colaborativa de la Unión Europea para el desarrollo de soluciones TIC interoperables, abiertas y gratuitas. A través de esta plataforma podremos encontrar múltiples ejemplos de toda una variedad de bienes digitales públicos como soluciones software , estándares o contenidos educativos .
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Información y datos del sector público