Existe una tan estrecha relación entre la gestión del dato, la gestión de calidad del dato y el gobierno del dato que en muchas ocasiones los términos se utilizan de forma indistinta o directamente se confunden. Sin embargo, existen importantes matices.
El objetivo general de la gestión de datos es asegurar que los datos satisfacen los requisitos de negocio que darán soporte a los procesos de la organización, tales como recopilar, almacenar, proteger, analizar y documentar los datos, con el objetivo de implementar los objetivos de la estrategia de gobierno del dato. Se trata de un conjunto de tareas tan amplio que existen diversas categorías de normas para certificar cada uno de los diferentes procesos: ISO/IEC 27000 para la seguridad y privacidad de la información, ISO/IEC 20000 para la gestión de servicios de TI, ISO/IEC 19944 para interoperabilidad, arquitectura o acuerdos de nivel de servicio en la nube, o ISO/IEC 8000-100 para el intercambio de datos y la gestión de datos maestros.
La gestión de calidad de datos, por su parte, se refiere a las técnicas y procesos utilizados para asegurar que los datos son adecuados para el uso que se pretende hacer de ellos. Para ello se requiere un Plan de calidad de los datos que debe ser acorde con la cultura de la organización y con la estrategia de negocio e incluye aspectos como la validación, verificación y limpieza de datos, entro otros. En este sentido también existe un conjunto de normas técnicas para conseguir que los datos tengan calidad] entre las que se incluyen la propia gestión de la calidad de los datos de transacción, los datos de producto y los datos maestros empresariales ( ISO 8000 ) y las tareas de medición de la calidad de los datos ( ISO 25024:2015 ).
Por su parte, el gobierno del dato, de acuerdo con la definición de Deloitte , está formado por conjunto de normas, políticas y procesos de una organización que permiten asegurar que los datos de la organización sean correctos, fiables, seguros y útiles. Es decir, es la parte estratégica y de planificación y control a alto nivel para conseguir crear valor para el negocio a partir de los datos. En este caso, el gobierno de los datos abiertos tiene sus propias especificidades debido al número de partes interesadas que intervienen y la propia naturaleza colaborativa de los datos abiertos.
El Modelo Alarcos
En este contexto el Modelo Alarcos de Mejora de Datos (MAMD) , actualmente en su versión 3, tiene como objetivo recoger los procesos necesarios para alcanzar la calidad de las tres citadas dimensiones: la gestión de los datos, la gestión de la calidad de los datos y el gobierno de los datos. Este modelo ha sido desarrollado por un grupo de expertos coordinado por el grupo de investigación Alarcos de la Universidad de Castilla-La Mancha en colaboración con las compañías especializadas DQTeam y AQCLab .
El Modelo MAMD está alineado con las mejores prácticas y estándares existentes tales como Data Management Community (DAMA) , Data management maturity (DMM) o la propia familia de normas ISO 8000 , cada una de las cuáles aborda diferentes aspectos relacionados con la calidad de los datos y la gestión de los datos maestros desde diferentes perspectivas. Además, el modelo Alarcos está basado en la familia de estándares para definir el modelo de madurez por lo que es posible conseguir la certificación de AENOR para el gobierno, gestión y calidad de datos ISO 8000-MAMD .
El modelo MAMD consiste de 21 procesos, 9 procesos corresponden a la gestión de los datos (DM), la gestión de la calidad de datos (DQM) incluye 4 procesos más y el gobierno del dato (DG), que añade otros 8 procesos.
La incorporación progresiva de los 21 procesos permite la definición de 5 niveles de madurez que contribuyen a que la organización mejore su gestión, calidad y gobierno de datos. Comenzando con el nivel 1 (Realizado) en el que el organismo puede demostrar que utiliza buenas prácticas en el uso de los datos y tiene el soporte tecnológico necesario, pero no presta atención al gobierno ni a la calidad de los datos, hasta el nivel 5 (Innovado) en el que el organismo es capaz de alcanzar sus objetivos y está continuamente mejorando.
El modelo puede certificarse con una auditoría equivalente a la de otras normas de AENOR por lo que existe la posibilidad de incluirlo en el ciclo de mejora continua y control interno de cumplimiento normativo de las organizaciones que ya cuentan con otros certificados.
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