Las soluciones abiertas, que comprenden los recursos educativos abiertos (REA), el Acceso abierto a la información científica (OA, por sus siglas en inglés), el software libre y de código abierto (FOSS) y los datos abiertos, fomentan la libre circulación de la información y el conocimiento, constituyéndose así en una base para responder a los desafíos mundiales, tal y como recuerda la UNESCO.
El organismo de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura reconoce así el valor de los datos abiertos en el ámbito educativo y considera que su uso puede contribuir a medir el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente el objetivo número 4 de Educación de calidad . Otros organismos internacionales reconocen también el potencial de la apertura de datos en la educación. Por ejemplo, la Comisión Europea ha catalogado el sector educativo como un ámbito en el que los datos abiertos tienen un alto potencial.
Los datos abiertos se pueden utilizar como una herramienta para la educación y la formación de diferentes formas . Así, se pueden utilizar para desarrollar nuevos materiales didácticos y para recopilar y analizar información sobre el estado del sistema educativo que sirvan para impulsar mejoras.
La pandemia mundial marcó un hito en el ámbito educativo, cuando se hizo imprescindible el uso de las nuevas tecnologías en el proceso de enseñanza-aprendizaje que pasó a ser íntegramente virtual durante meses. Aunque desde hacía años se venía hablando de los beneficios de incorporar las TIC y las soluciones abiertas a la educación, una tendencia que se conoce como Edtech, el COVID-19 aceleró este proceso.