En el panorama digital actual, mantener la privacidad junto con los esfuerzos de datos abiertos es esencial. Implica proteger la información personal contra el acceso o intercambio no autorizado, garantizando que las personas tengan control sobre sus datos. Sin embargo, a medida que las iniciativas de datos abiertos se generalizan, gestionar el equilibrio entre la privacidad y la accesibilidad de los datos presenta nuevos desafíos.
Las iniciativas de datos abiertos buscan hacer que los datos se puedan encontrar y que los conjuntos de datos sean interoperables con miras a maximizar su reutilización, tanto solos como en combinación con otros conjuntos de datos. Sin embargo, estos proyectos implican compartir extensos conjuntos de datos, algunos de los cuales pueden incluir datos sobre personas identificables o incluso detalles confidenciales. A pesar de los intentos de eliminar información de identificación, si se divulgan suficientes atributos sobre un individuo, es posible que se pueda inferir su identidad. Esto se puede lograr cruzando y conectando datos entre diferentes bases de datos y conjuntos de datos.
Abordar estos desafíos requiere un delicado equilibrio entre la apertura de los datos y la protección de la privacidad. Se han utilizado varias técnicas para proteger la privacidad de las personas, como los datos seudónimos y anónimos o la agregación de datos, mediante las cuales se agrupan datos detallados y se publican como estadísticas o metadatos. Además, se han publicado directrices y regulaciones tanto a nivel europeo como nacional para garantizar que las iniciativas de datos abiertos se lleven a cabo de forma ética y responsable.
Las 'Directrices éticas para una IA confiable ' de la Comisión Europea son un ejemplo de directriz que establece una base de principios éticos para el desarrollo y uso de la IA que respetan los derechos humanos y garantizan la transparencia y la equidad. El conocido Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) impone controles sobre el manejo de datos personales en la UE, exigiendo el consentimiento explícito para la recopilación de datos y otorgando a las personas un control significativo sobre su información personal.
Incorporar estas pautas éticas y marcos legales en las prácticas de datos abiertos es esencial. Al aprovechar las tecnologías que mejoran la privacidad y alinearnos con modelos de gobernanza de datos transparentes y responsables, podemos aprovechar los beneficios sociales de los datos abiertos y al mismo tiempo proteger la privacidad individual.